Nuestro cerebro, como todos nuestros órganos, se vuelve menos eficiente con el tiempo. Las capacidades cognitivas que ayudan a integrar las nuevas informaciones, a memorizar o incluso a mantener nuestra orientación en el espacio y en el tiempo tienden a disminuir naturalmente: algunas omisiones, dificultades para recordar o concentrarse pueden presentarse con mayor frecuencia.
Sin embargo, el cerebro es un órgano muy especial porque el aprendizaje permanente influye en su desarrollo y estructuración. Por eso, las personas bilingües tendrán los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer unos cuatro años más tarde que las personas que sólo hablan un idioma, como lo demuestran los estudios recientes. La capacidad de hablar y usar dos idiomas desarrolla conexiones entre diferentes áreas del cerebro, que pueden ser observadas por imágenes médicas. Estas conexiones permiten a las personas bilingües afrontar mejor el declive cognitivo.
Como ven, la paradoja es que un cerebro en reposo es un cerebro que envejece más rápido.
Para mejorar la memoria y las capacidades cognitivas, nada mejor que cambiar tus hábitos, ejercitar la curiosidad y, por qué no, aprender un idioma extranjero.